¿Qué es La Nez de Goth? Lo que traté de implementar es como tener un jardín con mis amigos. En de hecho, la idea de emprender esta aventura humana y vitivinícola nació de mis diversas reuniones dispersas por toda Francia. Entrevistas y debates, intercambios y confrontaciones que despertó mi curiosidad, durante las coloridas excursiones durante mis años de aprendizaje y superación:
quería seguir nutriéndome de todas estas influencias para que el conocimiento así recopilado es rico, en un variado mosaico, de técnicas de elaboración del vino.
En su forma, estas compras de uva a ilustres viticultores me permiten disfrutar de momentos sustanciosos en su compañía, aptos para estimular mi propia sensibilidad. Básicamente, son un cuestionamiento constante a mi trabajo enológico. Más allá de la dimensión comercial, se trata de anclar mi actividad en un enfoque, no simplemente económico, sino guiado por principios estéticos intransigentes. Mi forma de proceder parte de una observación a la vez simple y lapidaria: si la agricultura es la fuente de nuestra civilización y el fruto de su desarrollo, el giro contra naturaleza e incluso destructiva que ha llevado a cabo estos últimos cincuenta años es, en cuanto a él, un factor de disrupción social y sanitaria en un mundo capitalista decadente.
Al trabajar de manera deliberadamente ancestral, propongo no solo mejorar destacar el efecto potencialmente considerable de los suelos, subsuelos y microclimas en el gusto de los vinos sino también para contribuir, aunque sea modestamente, a recomponer un una temporalidad humana hoy hecha jirones.
Mis uvas provienen de la llamada agricultura orgánica o biodinámica; pero, más allá de las certificaciones que a menudo son demasiado laxas, el enfoque de mis viticultores es animado, una preocupación particularmente revitalizante para el suelo y la planta.
Entonces solo tengo que tomar el relevo de esta viticultura a la vez beligerante e inspirada, trabajando en armonía con este rico material cuyo potencial necesito comprender para poder expresarlo mejor.
Los Utensilios del viejo mundo y de antaño (levaduras autóctonas, prensa manual vertical, sin insumos ni productos enológicos y muy, muy poca electricidad, por lo que mucha manipulación…) han demostrado ser preciosos aliados en mi proyecto de elaborar vinos, dando la espalda a cualquier idea de fabricación.
Fruto de tantos esfuerzos como riesgos se incurre en esta frontera con procesos vivos que van más allá de nosotros, estos productos, espero, podré encontrar en cada uno de vosotros una resonancia acorde con mi implicación.
Olivier Boulin